martes, 4 de mayo de 2021

Avaricia

 

La avaricia (en latín, avaritia) es —como la lujuria y la gula—, un pecado de exceso. La particularidad de la avaricia (vista por la Iglesia) es que se caracteriza por el deseo vehemente de adquirir riquezas y bienes en cantidades mayores de lo que es necesario para satisfacer las propias necesidades, entendiendo por necesidades todas aquellas que procuran el desarrollo integral de la persona.

Santo Tomás de Aquino afirmaba que la avaricia es

«un pecado contra Dios, al igual que todos los pecados mortales, en lo que el hombre condena las cosas eternas por las cosas temporales».

En el Purgatorio de Dante los penitentes eran obligados a arrodillarse en una piedra y recitar los ejemplos de avaricia y sus virtudes opuestas.

De la avaricia se derivan muchos otros ejemplos de pecados, tales como: deslealtad y traición deliberada, especialmente para un beneficio personal como en el caso de quien soborna o de quien se deja sobornarrobo y asalto, especialmente con violencia; mentira y engaño; simonía; etc.

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